lunes, 22 de julio de 2013

A vueltas con el WhatsApp

Imposible vivir sin él. Será porque no cuesta un euro o por lo que sea, pero antes, con los mensajes no era igual, si acaso te enviaban uno de vez en vez pero esto…

Ayer por la mañana, en el paseo diario, me di cuenta,… por cierto la cantidad de gente que se mueve por Madrid a esas horas y van a paso ligero, es decir van a hacer algo concreto es evidente, pero… a lo que iba… eso sí todos con el móvil, o hablando, o consultando algo, o, lo que es aún más difícil, mandando mensajitos por el WhatsApp.

Algunos sonríen con cara de atontados, mientras van utilizando los dedos de ¡ambas manos! Y dan a enviar sin parar, pero… ¡si no les da tiempo a saber que les contestan!!!!  Pues es igual, ellos continúan cruzando las calles con grave riesgo de su integridad física y enviando y enviando…

lunes, 15 de julio de 2013

Un Regalo envenenado

Pues sí ha llegado….el Robot de Cocina prometido por el Banco.

Suena el teléfono conectado con el portero… “que tiene usted aquí una caja que le han dejado…” “bajo a por ella” “no, no – contesta el amable portero- yo se la subo señora que pesa mucho”… “Dios mío –pienso- ¿qué será…?”

La caja era enorme, el logo del banco bien visible…y no sé qué de más de 59… Qué bien, pienso, al menos no es demasiado ofensivo el letrerito, y la caja color caja sin más. Intento abrir un poco aquella cosa para al momento abandonar la idea “lo dejo para mañana que ahora ya es un poco tarde”.

miércoles, 10 de julio de 2013

Viajo en metro

He cumplido 65 años y –me dicen- he entrado en la “tercera edad”. Alguien me recuerda que tramite el abono transporte correspondiente.

Me parece bien. Así es que me voy a un estanco para que me lo hagan. La estanquera me recibe como si yo fuera menor de edad. Intenta explicarme como se rellena la solicitud. La miro fijamente como diciéndole “Sra. Vd se equivoca conmigo, no necesito sus indicaciones”, pero en fin, no digo nada y ¡hasta le sonrío!

Cuando unos días después recojo el abono me sorprende que sea de diferente color que los de siempre: ¡amarillo!  Y ¿Qué quiere que le diga? A mi el amarillo siempre me ha recordado a las estrellas que les ponían a los judíos en Alemania en la época de Hitler.

martes, 9 de julio de 2013

El objetivo de los publicistas y esos e-mail

A menudo recibimos correos en el ordenador describiendo a los jubilados o a los que en breve lo van a ser.

Su lectura deja claro cual es la idea que se tiene del mayor jubilado: ¡es un anciano!, así que se aburre y hay que recordarles “lo maravillosa que es la vida…ahora que tienen “tiempo””.  

Músicas melancólicas para el insomnio, la hipertensión, la ansiedad; recuerdos: los “picús”, los guateques, las latas de Cola Cao; cochecitos de “hojalata” –que ninguno de ellos vio- y alguna que otra Mariquita Pérez y Juanín… –que pocas lo vieron, probablemente-; los pupitres de madera…