viernes, 23 de agosto de 2013

Una de TV

Al volver de las “vacaciones” he pasado una semana sola en Madrid. “Genial” pensé, voy a dedicarme a algo que no he hecho en mi vida: a ver la tele de la mañana a la noche, tirada en el sofá y con el mando en ristre”- nunca lo hiciera, estoy aterrada.

Alrededor de las 10 de la mañana tras desayunar con total tranquilidad, me he sentado o más bien retrepado en el sofá del salón, grande y mullido, y he conectado esa tele enorme que me permite ver sin gafas de lejos, de uno y medio ya…

Con el mando en la mano derecha conecto la 1, la 2, la 3, etc no encuentro nada que me interese lo suficiente… “vamos a ver…, me digo, … no se trata de interés, se trata de saber de qué hablan, en qué se interesan todos los que, casi por obligación, se tragan horas y horas de televisión… de acuerdo, vuelvo a decirme” Y de nuevo comienzo a pasar canal tras canal.