Andando con mi sombra

En plena epifanía de este nihilismo rampante que nos asedia, adobado de descontento y cierta miseria moral, esta situación que niega todo y a todos, y al tiempo meditando y reflexionando sobre todo y todos, intentando descargarme de culpas y responsabilidades, me siento perseguida de mi propia sombra tanto que a veces siento que me adelanta incluso, como si quisiera compartir conmigo mis propios pensamientos……. y sí es cierto comparto con mi sombra y con Aquél que siempre, también, va conmigo y hasta consigo aclararme y resuelvo todas esas cosas de las que a veces dudo…. Y acelero la marcha y me adelanto a mí misma y sin darme apenas cuenta me siento a cada paso más yo…….

Y llegó la primavera de nuevo

Y así de nuevo, envuelta en este eterno ritornelo del tiempo, he mirado los árboles del parque, los que tras la pasada filomena acabaron amputados así apenas sin ramas, y veo a través de sus hojas nuevas que ha llegado la Primavera, esa estación que consigue reverdecer no solo a las plantas, y sin poder evitarlo paso suavemente la palma de mi mano sobre ellas, sobre sus hojas sí y recuerdo al poeta y reconozco en ellas el “milagro” de la Primavera…….

La soledad de "los mayores"

Para empezar confieso que no me asusta la palabra “anciano” aunque cierto es que esa edad, la que sea, cada vez se retrasa más ya sea por los avances médicos o por lo que sea. Y también es cierto que provocado por la situación pandémica esta que nos acompaña y que enfoca a la gente de mayor edad, no paran de hablar de los mayores, bien por las residencias, las pensiones, el constante alargamiento de la vida, los gastos que esto provoca….

Y también por….. sí eso, los ancianos que aparecen muertos en sus casas tras meses o incluso años de haber fallecido por las causas que sean, sin que absolutamente nadie los eche en falta…… pero han hallado la solución!!!! Todo telemáticamente y a distancia por supuesto, un bonito robot de grandes ojos camina permanentemente a la vera del anciano avisándole de los medicamentos que debe tomar, del nivel de la tensión arterial, de la glucemia, de la hora que es y del tiempo que hace……. pues qué bien!

Naturalmente el anciano está muy agradecido y contento, incluso llega a acariciar la pequeña cabeza del robot que le ayuda tanto…….. por cierto sus hijos están muy atareados y además no pueden acercarse mucho, no sea que se contagien…..

¿Y a mí que esto del solícito robot me parece inmoral?

Adiós ascensor

Ya he contado, o relatado como gusta decir ahora, en más de una ocasión, lo poco que me gustan los ascensores….

El ascensor de mi casa, recién cambiado por cierto, continúa siendo lento para mis deseos de siempre ir corriendo….. pero antes al menos al compartir con algún vecino tenía su gracia…. pero esto de la pandemia odiosa nos impide la más mínima relación vecinal, y así se han acabado los diálogos intra-ascensor sobre el tiempo y otras cuestiones que, de puro estúpidos y banales resultaban divertidos a pesar de ser siempre los mismos…..

Ayer tarde llegamos a una situación extrema, nos encontramos tres vecinos a cuál más temeroso…. Nadie se atrevía a subir al ascensor, “pasa tú” “no, no, por favor sube tú”, y fue cuando un jovencito se metió rápido y subió a su planta tranquilamente……..…. Nos miramos entre nosotros y menos mal que nos reímos!

En fin al menos nos hemos reído………………..