Por una política a favor de las familias

Nos cuenta el INE, el Instituto Nacional de Estadística, que dentro de tres años (en 2017), en España asistiremos a más entierros que a nacimientos. O sea, que las defunciones podrán a los nacimientos.

Tal proyección de la población española a corto plazo 2013-2023 nos muestra a nuestro país como el de Europa donde la población más retrocede.

Los datos son aterradores y a su luz urge que los poderes públicos respondan con prontitud: es necesario ya una política de apoyo a la familia y, por ende, a la maternidad.

No se entiende que no se tomen en serio los políticos este asunto. No se entiende que las deducciones fiscales pasen por alto a la familia. No se entienden los complejos ideológicos de algunos políticos.

Es necesario ya que esas medidas fiscales se coloquen por encima de cualquier signo político, de cualquier mayoría parlamentaria.

No podemos acostumbrarnos a la falta de aprecio a la maternidad, a las caras de espanto cuando se ven familias con más de 2 hijos, no queremos un clima social semejante, ni queremos teorías sobre problemas demográficos falsos.

El desprecio a las familias como signo de “modernidad” es algo obsceno y negativo para nuestro país. Deberíamos tomar como modelo a los países del resto de Europa, quienes ya hace tiempo se dieron cuenta de la sangría que se estaba produciendo con la bajada de natalidad. Muchos de esos países han dictado leyes favorables a la familia, no solo en el campo de la fiscalidad sino también en ayudas directas a la maternidad, procurando y buscando arduamente la conciliación familiar.

Debemos ser exigentes con todo ello.