2015
termina con una noticia que nos parece de otro mundo, de otra época, de hace cientos
de años: la Policía ha liberado, en un pueblo sevillano, a un hombre (59 años y
discapacitado) al que tenían encerrado en un palomar de tres metros cuadrados.
Desnudo,
desnutrido, atado, sobre un camastro… sin ninguna higiene… La foto de EFE que
aparece en la prensa es… ¿cómo decir… demoledora?. no sé. ¿Es la foto quizá de
una sociedad desnaturalizada?
En
la foto solo aparecen dos piernas de algo que parece un cadáver desnudo,
apoyada la derecha sobre la izquierda en un camastro descolorido que te hace
recordar imágenes de los campos de concentración. La pared está sucia y se ve
en ella algo que parece un ventilador mugriento.
Los
autores materiales de tan tremenda historia son sus hermanos: un hombre y una
mujer. La noticia dice: “de 76 y 61 años, encargados de su cuidado… y
administradores de su pensión (1.000 euros)….”
Los
responsables fueron arrestados como presuntos autores de delitos contra la
integridad moral, de malos tratos en el ámbito familiar y detención ilegal,
pero ya están en libertad “con cargos”.
Y
los vecinos nunca sospecharon nada, ni vieron, ni oyeron, ni hablaron… (¿para
qué?…¡menudo follón!).
Iniciemos
el año de la Misericordia, y que les alcance al protagonista indefenso de esta
historia y a todos aquellos que viven encerrados de cualquier manera que sea y,
sin falta, a todos los espectadores, testigos, y a todos los que “no quieren
líos”.
Y
Feliz 2016.
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