Leo
en ABC como el Daesh está utilizando a las mujeres como suicidas que se hacen
estallar frente al avance de las tropas iraquíes.
Y
sigo:
Con
eso que llaman el orgullo (pride ¿?) la capital de España se llenó de personas,
que decían ser homosexuales, disfrazados de todo tipo de vestimentas absurdas,
correajes, colgantes, abanicos hechos con plumas multicolores….. y (¡faltaría más!)
monjas, curas, y claro también hombres vestidos de mujer.
Una
colección carnavalera de aspecto ridículo, con colores y trapos que
difícilmente se pondría una mujer. Carreritas con tacones… parodias al fin para
llegar a un resultado o imagen clara: se trata de ridiculizar a las mujeres, a
la Iglesia, a los sentimientos religiosos de la mayoría….. y ¡enarbolando la
bandera de la igualdad y la diversidad!. ¡Qué cara!.
Pregunto:
para afirmar mi personalidad, mi yo, ¿necesito ridiculizar al otro? ¿no es
suficiente con constatar mi libertad? ¿no es más cierto que la Constitución
Española así lo hace?.
Y
volvamos al principio…. ahí están los yihadistas del Daesh recurriendo a sus mujeres
para que se “inmolen”. Se trata, dicen, de una evolución en la lucha, un
“ejército de reserva”… armas asimétricas… ¿qué les prometerán a estas pobres
mujeres?…. ¿quién les abrirá las puertas del paraíso?.
Al
fin….. digo: la permanente y constante utilización de la mujer.
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