martes, 20 de marzo de 2018

Pintadas... ¿para qué?


Leo (y veo) en la prensa las pintadas que ha sembrado un probable imbécil en un monumento prehistórico de Menorca, en Sa Naveta des Tudons, quizá el más importante de la isla, al que se data entre el 1200 y el 750 a.C.

No tengo que ir muy lejos para encontrarme (esta vez por el barrio de Retiro, en Madrid) absurdas pintadas y señales de otros personajes de similar catadura, a los que la propiedad privada, el arte o el bien material les importa un bledo.


Son ejemplos de las pintadas que aparecen, sin ningún tipo de temor a ser descubiertos, mientras se destrozan monumentos o, simplemente, se ensucian las ciudades.

El “yo estuve aquí” de semejantes vándalos debería ser identificado. Y la colaboración ciudadana debería ser inexcusable. Nunca entenderé porqué lo hacen… ni tampoco, por qué dejando muchas veces su “firma”, no les detiene la policía.


 
Sa Naveta des Tudons, monumento funerario de planta ciclópea considerado el más antiguo de Europa

Una manera “clásica” de ensuciar nuestras ciudades

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