En
2012 el Gobierno aprobó una reforma laboral que incluía la posibilidad de
alargar la vida laboral, algo habitual en otros países de la Unión Europea.
Ello
se consideró un objetivo cumplido y deseado por muchos trabajadores.
Parece
meridianamente claro que establecer la edad de jubilación antes de los 70 años
(naturalmente si el trabajador no lo es de trabajos de riesgo y si sus
capacidades mentales están “en perfecto estado de revista”) es una barbaridad,
ya que muchos de ellos vivirán (lo que es bueno) bastante más de 20 o 30 años
más. Obviamente sería bueno, además, para la “bolsa de las pensiones” pero,
sobre todo, para no desperdiciar tanta experiencia y habilidades. Pensemos en
“oficios” como médicos, catedráticos, científicos… etc. O, simplemente en
aquellos trabajadores que deciden seguir con su trabajo con total libertad.
Enfrentado
con ello los “hábiles” políticos que andan ahora manoseando el asunto, han
decidido volver a reformar la cosa laboral y volver con la exigencia de que, lo
quieras o no, te jubiles “a una edad ordinaria” que ellos establezcan. Y
vuelven otra vez con el rollo del “relevo generacional”, lo que está comprobado
que es del todo falso.
En
fin que cuando los sindicatos entran en el juego de “cambios normativos” y
“convenios colectivos”… mala cosa. Y es que ya se sabe que cuando el Estado
interviene, más de la cuenta, en la economía y en el terreno de las decisiones
privadas y pretende imponer su ideología a diestro y siniestro…… estamos
entrando en el modelo comunista y, por ende, en la ruina social.
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