Amanece, una luz tenue se cuela por la ventana, me asomo y miro a través de los cristales, y puedo ver el cielo, ya sin estrellas, y apenas algunas nubes que aún continúan adornando la esfera azul, esa que todo lo envuelve como ese esperado regalo de Reyes… Y pienso que sí que es cierto que la vida es cada día un regalo de Reyes……
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