Inevitable, era inevitable llegaba el Otoño, se acercaba amenazante y, sí, llovió….
A través de los cristales pude ver la
desilusión que la lluvia provoca en algunos, los niños sobre todo que no podrán
bajar a jugar a la calle, y seguro que la alegría de quien vive de los frutos
de la tierra….
Así es que me digo ánimo esto pasa, es cuestión
de “tiempo”, de nuevo el tiempo, ese creador de esperanza y paciencia,
cualidades que desearíamos tener y tantas veces nos faltan….. así es que miré al
cielo y dije, así en alto, “¡vale de acuerdo pero que no sea mucho!”
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