lunes, 15 de julio de 2013

Un Regalo envenenado

Pues sí ha llegado….el Robot de Cocina prometido por el Banco.

Suena el teléfono conectado con el portero… “que tiene usted aquí una caja que le han dejado…” “bajo a por ella” “no, no – contesta el amable portero- yo se la subo señora que pesa mucho”… “Dios mío –pienso- ¿qué será…?”

La caja era enorme, el logo del banco bien visible…y no sé qué de más de 59… Qué bien, pienso, al menos no es demasiado ofensivo el letrerito, y la caja color caja sin más. Intento abrir un poco aquella cosa para al momento abandonar la idea “lo dejo para mañana que ahora ya es un poco tarde”.

Coloco con sumo cuidado el trasto sobre una de las encimeras de la cocina, justo al lado de la televisión y enfrente de donde habitualmente me siento a desayunar cada día, vamos para que no se me olvide… y han pasado varios días así como quince días? O más… yo que sé...

Y me pregunto para que dije que vale, que sí al robot en el Banco, yo que soy adicta al puré de patata maggi, el tomate enlatado, las verduras congeladas, los vuelta y vuelta, filetito a la plancha  y los platos precocinados…

Harta de verlo cada día hoy me he decidido a abrir la caja en cuestión.

He cogido unas tijeras grandes de cocina y he abierto la caja…. “Uf!  No consigo sacar este trasto, protegido por moldes de poliuretano”, aquello no salía de ninguna forma, lo bajo al suelo, le doy la vuelta, sacudo la caja y al final rompo con las tijeras por un lado y por otro y… aparece un aparato enorme de sesenta centímetros de largo por cuarenta o cincuenta de alto. Empieza a molestarme el tamaño, pero como me he propuesto para hoy poner en marcha esta cosa, (que una de mis hijas dice que es fenomenal), continúo con la tarea.

Primero buscarle un sitio apropiado. Lo coloco junto al microondas y lo miro con atención… una pantallita, seis botones y una especie de jarra. Varillas mezcladoras, vaya lio…

Busco el prospecto: batidora de cocción: primero el idioma adecuado, las advertencias de seguridad ocupan dos páginas, componentes, accesorios… bueno vale, paso páginas, voy colocando cada cosa en su sitio… han pasado más de treinta minutos y no consigo colocar la tapa de la jarra…pues estamos buenos, pienso…a que voy a tener que pedir ayuda?

Miro hacia la caja y la recompongo con mucho cuidado, recojo el poliuretano que había ya desechado y lo meto en la caja “por si tengo que devolver esto”, pienso.

Al fin consigo averiguar cómo se cierra y se quita la dichosa tapita.

Sigo leyendo, el prospecto tiene 23 páginas y no es broma. La pantalla digital es otro punto conflictivo. Seleccionar tiempo, seleccionar temperatura, seleccionar velocidad, parar, procesar en frio… Todo salpicado con frases remarcadas del tipo: Atención la temperatura puede alcanzar altos grados, cuidado la velocidad 1 solo para sofritos, Importante parar siempre el mando selector de velocidad antes de abrir la tapa…. ¡Eso y no meter la mano en las cuchillas!!!  Pero…vamos a ver estas instrucciones son para meter miedo a la gente, serán solo para mayores de 59 y que lo devuelvan? O se lo ponen a todos?

Como es el primer día decido hacer algo frio, del tipo de un gazpacho. Bueno lo cierto es que era lo que tenía a mano: tomates, pepinos, pimientos, pan….

Meto todo dentro de la jarra, cierro bien la tapa, le doy al mando de alta velocidad…. Y tengo que sujetar el aparato porque por poco sale volando…

Que bien en apenas una hora tengo un gazpacho hecho por un robot, gazpacho que habitualmente con mi “minipimer” de toda la vida hago en apenas diez minutos…

El gazpacho estaba buenísimo y yo estoy agotada.

3 comentarios:

  1. ¡Genial esta entrada, y todas! es muy divertido leerlas. GRACIAS POR EL HUMOR Y POR LA TERNURA.
    Fdo. Rocío al cuadrado

    ResponderEliminar
  2. Muy divertido y muy gráfico. Lo he leído con una sonrisa en los labios todo el tiempo. Me lo imagino perfectamente. Supongo que es un robot parecido a la Thermomix. Yo tengo una y soy adicta a ella. No sé que voy a hacer ahora cuando me vaya de vacaciones porque mi marido se niega en rotundo a llevar un trasto más en el maletero y no es un trasto, es "im-pres-cin-di-ble". Al principio da miedo, es verdad, te parece imposible aprender a manejarlo con sus botoncitos, sus instrucciones, casi no puedes ni abrir y cerrar la tapa (sin el casi, directamente no puedes). Pero cuando te haces con ella, es fantástica, no sólo para hacer gazpachos (que desde luego es de lo mejorcito y más fácil de hacer) sino para cocinar muchas más cosas: dulces, saladas, frías, calientes, líquidas y sólidas. Una maravilla y hay un montón de páginas web donde encontrar recetas. Animo y a por ella, que tú puedes.

    ResponderEliminar
  3. Poco a poco le cogerá el tranquillo, ya lo verás. De aquí a un tiempo publica usted recetas del robot

    ResponderEliminar