Suena
el teléfono conectado con el portero… “que tiene usted aquí una caja que le han
dejado…” “bajo a por ella” “no, no – contesta el amable portero- yo se la subo
señora que pesa mucho”… “Dios mío –pienso- ¿qué será…?”
La
caja era enorme, el logo del banco bien visible…y no sé qué de más de 59… Qué
bien, pienso, al menos no es demasiado ofensivo el letrerito, y la caja color
caja sin más. Intento abrir un poco aquella cosa para al momento abandonar la
idea “lo dejo para mañana que ahora ya es un poco tarde”.
Coloco
con sumo cuidado el trasto sobre una de las encimeras de la cocina, justo al
lado de la televisión y enfrente de donde habitualmente me siento a desayunar
cada día, vamos para que no se me olvide… y han pasado varios días así como
quince días? O más… yo que sé...
Y
me pregunto para que dije que vale, que sí al robot en el Banco, yo que soy
adicta al puré de patata maggi, el tomate enlatado, las verduras congeladas,
los vuelta y vuelta, filetito a la plancha
y los platos precocinados…
Harta de verlo cada día hoy me he decidido a abrir la caja en cuestión.
He
cogido unas tijeras grandes de cocina y he abierto la caja…. “Uf! No consigo sacar este trasto, protegido por
moldes de poliuretano”, aquello no salía de ninguna forma, lo bajo al suelo, le
doy la vuelta, sacudo la caja y al final rompo con las tijeras por un lado y
por otro y… aparece un aparato enorme de sesenta centímetros de largo por
cuarenta o cincuenta de alto. Empieza a molestarme el tamaño, pero como me he
propuesto para hoy poner en marcha esta cosa, (que una de mis hijas dice que es
fenomenal), continúo con la tarea.
Primero
buscarle un sitio apropiado. Lo coloco junto al microondas y lo miro con
atención… una pantallita, seis botones y una especie de jarra. Varillas
mezcladoras, vaya lio…
Busco
el prospecto: batidora de cocción: primero el idioma adecuado, las advertencias
de seguridad ocupan dos páginas, componentes, accesorios… bueno vale, paso
páginas, voy colocando cada cosa en su sitio… han pasado más de treinta minutos
y no consigo colocar la tapa de la jarra…pues estamos buenos, pienso…a que voy
a tener que pedir ayuda?
Miro
hacia la caja y la recompongo con mucho cuidado, recojo el poliuretano que
había ya desechado y lo meto en la caja “por si tengo que devolver esto”,
pienso.
Al
fin consigo averiguar cómo se cierra y se quita la dichosa tapita.
Sigo
leyendo, el prospecto tiene 23 páginas y no es broma. La pantalla digital es
otro punto conflictivo. Seleccionar tiempo, seleccionar temperatura,
seleccionar velocidad, parar, procesar en frio… Todo salpicado con frases
remarcadas del tipo: Atención la temperatura puede alcanzar altos grados,
cuidado la velocidad 1 solo para sofritos, Importante parar siempre el mando
selector de velocidad antes de abrir la tapa…. ¡Eso y no meter la mano en las cuchillas!!! Pero…vamos a ver estas instrucciones son para
meter miedo a la gente, serán solo para mayores de 59 y que lo devuelvan? O se
lo ponen a todos?
Como
es el primer día decido hacer algo frio, del tipo de un gazpacho. Bueno lo
cierto es que era lo que tenía a mano: tomates, pepinos, pimientos, pan….
Meto
todo dentro de la jarra, cierro bien la tapa, le doy al mando de alta
velocidad…. Y tengo que sujetar el aparato porque por poco sale volando…
Que
bien en apenas una hora tengo un gazpacho hecho por un robot, gazpacho que
habitualmente con mi “minipimer” de toda la vida hago en apenas diez minutos…
El
gazpacho estaba buenísimo y yo estoy agotada.
¡Genial esta entrada, y todas! es muy divertido leerlas. GRACIAS POR EL HUMOR Y POR LA TERNURA.
ResponderEliminarFdo. Rocío al cuadrado
Muy divertido y muy gráfico. Lo he leído con una sonrisa en los labios todo el tiempo. Me lo imagino perfectamente. Supongo que es un robot parecido a la Thermomix. Yo tengo una y soy adicta a ella. No sé que voy a hacer ahora cuando me vaya de vacaciones porque mi marido se niega en rotundo a llevar un trasto más en el maletero y no es un trasto, es "im-pres-cin-di-ble". Al principio da miedo, es verdad, te parece imposible aprender a manejarlo con sus botoncitos, sus instrucciones, casi no puedes ni abrir y cerrar la tapa (sin el casi, directamente no puedes). Pero cuando te haces con ella, es fantástica, no sólo para hacer gazpachos (que desde luego es de lo mejorcito y más fácil de hacer) sino para cocinar muchas más cosas: dulces, saladas, frías, calientes, líquidas y sólidas. Una maravilla y hay un montón de páginas web donde encontrar recetas. Animo y a por ella, que tú puedes.
ResponderEliminarPoco a poco le cogerá el tranquillo, ya lo verás. De aquí a un tiempo publica usted recetas del robot
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