lunes, 30 de septiembre de 2013

Me voy a IKEA

Esta mañana al abrir el buzón del correo me he encontrado con el catálogo de Ikea. Así es que me he sentado y he comenzado a leerlo.

De las 326 páginas que este catálogo tiene por lo menos doscientas las he leído, (en serio) al llegar a la página 168 he comenzado a sentirme incómoda en los sofás de mi salón. Los he mirado y remirado y he pensado “… chicos lo siento pero ya estáis un poco viejos y anticuados creo que voy a jubilaros, hay que rejuvenecer la plantilla….digo el salón”

Así es que catálogo en mano, he bajado al garaje, he subido a mi coche y me he dispuesto a llegar a la referida gran tienda de muebles (……y de todo), tras equivocarme en la salida de la carretera de Burgos o Colmenar? He conseguido llegar y aparcar.

Con aire triunfal, me he metido en la tienda. Subo las escaleras que hay a la derecha, cojo un par de lapiceros, bueno dos más, y una cinta métrica y…. (ahora que lo pienso ¡si no he medido el espacio de los sofás!…. bueno ,más o menos, no creo que me equivoque mucho...).

jueves, 26 de septiembre de 2013

En torno a las fobias a ciertas palabras y actitudes... al uso moderno

Pues sí, de un tiempo a esta parte cada vez que me encuentro a alguien conocido, amigo o amiga, pues nos besamos (mua, mua, 2 besos, uno en cada mejilla) y luego ¡no sé por qué!, deciden frotarme la espalda ¡¿por qué?!........

Hace años desde luego ¡no te frotaban la espalda, ni los brazos –que también lo hacen- era suficiente con dar la mano o, si acaso, un ligero beso en la mejilla………¡y punto!

Para mi es una sensación ¡tan desagradable!. (pienso: “si fuera mi amigo sabría que esto no me gusta…encima me cae mal…”) Entonces hago como que me retiro, agarro su mano y me entran unas ganitas de abofetearle con esa propia mano…… (de hecho lo hago: ¡zas, zas! ¡que no me frotes la espalda! ¡que no me gusta! ¡que no lo entiendo! ¡zas, zas!....Una y otra vez………pero ¡ay! es sólo en mi imaginación…. como en las pelis….)

martes, 24 de septiembre de 2013

El Tiempo

El tiempo ese concepto físico, abstracto que nos mantiene vivos, a veces en exceso , que nos obliga a llevar a cabo actos previamente marcados, a confeccionar la vida paso a paso, puntada a puntada y desconociendo hasta cuando…. ¿Cuánto dura? no lo sabemos: desconocemos qué es el tiempo. Buscamos desde San Agustín a Heidegger y cada vez nos encontramos más confusos.

Nos inventamos el reloj, las horas , los minutos. Respiramos trece veces por minuto, comemos tres veces al día, nos medicamos cada ocho horas, medimos casi todo en función del tiempo…. comenzamos nuestra primera marcha y nos retiramos en función de algo (el tiempo) que desconocemos.

El concepto tiempo varía en función de la edad, una tarde se pasa volando para los mayores, para los niños es larguísimo (¿toda la tarde? Uff) Las vacaciones, el verano, el curso, el próximo cumpleaños (queda mucho!!!)

martes, 17 de septiembre de 2013

La junta de vecinos

Como ahora tengo tiempo de sobra (insisto eso dicen todos) he asistido por primera vez a una “Junta de Vecinos”

Todo comenzó cuando recibí la carta del “presidente de la comunidad” que junto con “los estatutos por los que han de regirse las respectivas propiedades horizontales de las fincas del conjunto residencial”….adjuntaba el acta de la anterior junta de vecinos, como tenía tiempo (insisto) me lo leí todo, de principio a fin, y tuve la sensación de haberlo leído antes más de cien veces…. Y no me equivocaba.

Siempre he pensado que daría igual fuera o no fuera, seguro que acabarían metiéndose con el portero, que la verdad a mí me parece un señor muy amable al que veo poco…. ahora que lo pienso…, con los vecinos que tienen perro (que son muchos…) y con las horas de recogida de las basuras……………..pues no: se dedicaron los primeros sesenta minutos a saludarse y preguntar por sus vidas, sus mujeres maridos…. En eso estaban cuando llegué a la reunión.

lunes, 9 de septiembre de 2013

El quiosco de la esquina

Esta mañana me he acercado al quiosco de la esquina que al fin! ha vuelto de vacaciones (un mes enterito ha estado cerrado) . Iba con uno de mis nietos que “necesitaba” urgentemente los cromos de la “liga” 2013-2014, y menos mal que iba él, pues yo me hubiera liado entre los cromos de la liga BBV, los craks, los adrenaline y los nosequé .

Mientras mi nieto, previamente advertido del límite de la inversión, rebuscaba entre los cromos, muñequitos, pitufos, superhéroes y basurillas varias, con el fin de ver en qué más me podía gastar el dinero, me he parado a mirar los periódicos, las revistas y, sobre todo, la enorme cantidad de fascículos “superinteresantes” que aparecen cada nuevo curso, todos ellos acompañados de objetos en miniatura (…menos mal) tipo abanicos, máquinas de coser, muñequitas regionales, muebles de estilo victoriano, coches de época, coches de “nuestra época”, la segunda y la primera guerra, Historia de España, fascículos que en su mayor parte desaparecen pasados dos o tres meses ( es lo que tiene el coleccionismo que es demasiado sacrificado)..…………..

Página diez del cuaderno de la médico jubilada

Han pasado ya cuatro meses del cambio de vida, del brusco cambio de actividad. No soy del todo consciente de que esto no son las vacaciones, que esto es ya para siempre, así es que no vale solo leer, ir al cine y charlar sin más.

Ya no tengo “gestiones” que hacer, ya todo lo tengo en orden, solo queda controlar los gastos que exige una constante vigilancia….así hasta que me acostumbre.

Intento mantener los horarios y ser fiel al “decálogo del jubilado” que al inicio me propuse……. Pero sigo sintiendo, o más bien teniendo, cierta sensación de vacío que procuro superar desde que me levanto de la cama hasta que a ella vuelvo.

Y me he preguntado ¿por qué?, ¿por qué esa sensación de: “me falta algo”?

Y me he contestado de forma totalmente sincera.

lunes, 2 de septiembre de 2013

El trastero

Pues sí, tengo un trastero en mi casa, un trastero enorme………, eso creía yo.

Cuando me cambié de casa, antes vivía en el campo, había algo fundamental que necesitaba: un trastero que fuera lo más grande posible y lo conseguí.

Perfectamente organizado con estantes en todas las paredes.

Allí están mis viejos vinilos imposibles de utilizar ya, mis diapositivas de toda mi vida donde están encerradas todas las caras amigas de mi época juvenil, de mis niñas pequeñas haciendo monerías, cintas de súper-ocho y alguna cámara fotográfica; mis viejos libros de la Facultad , viejos por contenido ya obsoleto, porque los pobres están impecables y perfectamente conservados; los huesos de Anatomía; algunos cuadros que me traen recuerdos que no quiero recordar, las maletas grandes que ya no usaré y poco más. En fin todo superordenado.