Se
refería el Papa a este tiempo nuestro donde, dice, los ancianos no cuentan, se
descartan, molestan. Tras recordar que “los ancianos son los que nos traen la
historia, la doctrina, la fe y nos la dejan en herencia. Son los que tienen
esta fuerza dentro para darnos una herencia noble”.
El
Papa recordaba una historia que escuchó, dice, de pequeño sobre una familia
compuesta por el padre, la madre y muchos niños….. y el abuelo que, cuando en
la mesa comía la sopa, “se manchaba la cara”. El padre compra una mesa para que
el abuelo coma solo y “no moleste” al resto. Al día siguiente cuando vuelve a
casa se encuentra a uno de sus hijos jugando “¿qué haces?”, le pregunta, “Una
mesa”, responde el niño. “Y ¿para qué?”. “Para ti papá, para cuando seas viejo
como el abuelo”.
La
historia que contaba mi padre era más o menos esta:…. Un hijo lleva a su padre
a un asilo y le da una manta….el padre parte la manta por la mitad y se la
da “¿para qué me das media
manta?”...”para cuando tu hijo te traiga al asilo” responde el abuelo.
El
Papa decía que esa historia le había hecho mucho bien toda la vida, y decía:
“los abuelos son un tesoro, la memoria de nuestros antepasados nos lleva a la
imitación de la fe. Realmente la vejez muchas veces es un poco fea ¿eh?, por las
enfermedades que trae y todo eso, pero la sabiduría que tienen nuestros abuelos
es la herencia que nosotros debemos recibir. Un pueblo que no cuida a los
abuelos, un pueblo que no respeta a los abuelos, no tiene futuro, porque no
tiene memoria, ha perdido la memoria”.
Francisco
concluía añadiendo que “nos hará bien pensar en tantos ancianos y ancianas,
tantos que están en los asilos, y también tantos – es fea la palabra, pero
digámosla – abandonados por los suyos. Son el tesoro de nuestra sociedad”.
………….No
sé, pero he necesitado recordar estas palabras del Papa después de ver como,
por la calle, una joven llevaba prácticamente arrastrando a una persona mayor
con dificultades para andar mientras le espetaba, casi a gritos, ¡anda más
deprisa!...
Pues es así: mientras somos "hijos" nuestros padres nos cuidan y nos miman...pero cuando pasamos (¡con suerte!) a ser abuelos... puff ya gustamos poco.... Recuerdo una anécdota de Joan Manuel Serrat. Hablaba de como había cuidado a su padre. El periodista alababa su comportamiento y él contestó: "..no he hecho más que lo que él hizo conmigo...atenderme y limpiarme cuando me manchaba.."
ResponderEliminar