Deambulamos
estos dos días que nos quedan, antes de ir a “la Oficina”, con cara de pena, arrastrando
las chanclas y el pantalón corto de colorines (las canillas asomando) de los
que no queremos despojarnos, como si ahí tras el semáforo fuera a aparecer la
playa……vano intento. Nos espera el supermercado y la panadería…. ¡no hay nada
en la nevera!..
Y
mientras compramos lo de siempre (sota, caballo y rey) vuelven las pesadillas
de los problemas del trabajo, de los hijos, de la crisis esta que no acaba….
¿Cómo decía yo que esto se solucionaba…? ¡no me acuerdo!.
En
fin, ¡a ver si hay suerte y puedo irme de vacaciones en Semana Santa!.
Es cierto ¡que fácil lo vemos todo en vacaciones!....
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