sábado, 4 de julio de 2015

Viajo en metro... y el velito

Línea 1 (la más antigua del metro de Madrid)…. cada vez veo más chicas jóvenes con el pañuelo (hiyab) en la cabeza.

Me atrevo a preguntar a una, que se sienta a mi lado, cual es la razón. Y me atrevo porque parece que no lleva partner a su lado. Sí, esos que les acompañan… pero ellos sin velito y con el vaquero bien apretado sobre su estructura.

Me dice que lo llevan, en su mayoría, por obligación paterna, pero que ella lo lleva por decisión personal. Ella, dice, nació en Madrid aunque sus padres sean de Marruecos. Es española…. pero que ha terminado por ponérselo para subrayar que pertenece a un grupo definido y “es alguien”.

Pero ¿cómo, acaso no te sientes española, no te sientes parte de esta ciudad?. Dice que a veces no…. pero que ahora la miran con más “respeto”. Respeto… ¿te refieres a un poco de miedo?.. le pregunto. Eso deja mucho campo abierto al extremismo…¿no?.

Mira, me dice, lo que hago es exteriorizar mi ideología. No me siento oprimida, es mi forma de vida. Lo que hago es proteger mi dignidad.

Convencida de que me he metido en “un jardín”… le sonrío y le digo que sí que conozco eso que dice el Corán: «Profeta: di a tus mujeres que se ciñan sus velos. Esa es la mejor manera de que sean reconocidas y no sean molestadas». Y me atrevo a decirle que lo veo “machista”, vamos que no es más que una seña de sometimiento, de desigualdad y de exclusión de la mujer…..

Se estaba ya empezando a hartar de mí, cuando le digo que por qué no se va a vivir un ratito a Marruecos, a ver qué tal. ¡Ni loca!, me dice. Aquí se vive mejor. Además estudio Ingeniería Informática en la Politécnica y me va muy bien. Y ¡chica la Sanidad en Madrid funciona de lujo!.

En plan “reto a Occidente” se baja en Tirso de Molina.

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