Tras
los resultados de las elecciones generales de diciembre aquí “los sufridos
electores” nos quedamos asombrados ante el panorama que se nos presentaba.
Y
no estábamos muy alejados de lo que está siendo la “realidad”.
Unos
porque se acobardaron y otros porque suponían lo que no es… el caso es que
estamos aquí estancados entre una especie de lucha en la que nosotros no somos
nada… ni nadie: los pactos.
Oímos
la radio, vemos la televisión (da igual qué cadena) y, francamente, cada vez
entendemos menos.
Porque,
señoras y señores, los pactos no eran lo que nos creíamos, no. Vamos que no es
que se pacte un programa y quede entre dos o más partidos y programas
parecidos, no. Se trata de conseguir como sea y ante lo que sea ¡ser
investido!. O sea, conseguir el poder cueste lo que cueste.
Ante
semejante espectáculo debemos exigir desde ya, si hay elecciones de nuevo, como
parece lo más probable, que la nueva campaña electoral en sus programas sólo
figure una cuestión: con quien piensan pactar.
En
fin, más que nada, para saber qué y a quién estamos votando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario