La
infidelidad, la deslealtad, la perfidia, la felonía, la vileza o la actuación
con alevosía, todo ello es obrar a traición… y de ello estamos viendo
demasiados casos.
Se
podrá pensar que le está bien empleado a aquel a quien “pillan” en un renuncio…
que le está bien empleado al que trata de sacar partido de las “meteduras de
pata” del otro… que si no quieres que te cacen pues ya sabes no digas lo que no
debes… no te fíes del otro… no hables más de la cuenta.
El
último caso ha sido una grabación que le hicieron a un Ministro de Interior,
hacía ya dos años. Se trataba de una conversación, se supone entre dos amigos,
en el que el ministro preguntaba por algunas cosillas para utilizarlas en
contra de algún partido político.
Semejante
paradigmático caso, es al parecer, lo normal. O sea, que lo normal es hacerse
con unos dosieres de todo lo que pasa, veas o escuches… por si lo puedes luego
utilizar en tu beneficio. Olvídate de la amistad, de la lealtad o, por
supuesto, de la fidelidad.
O
sea que ese Ministro o era tonto o se lo hacía. ¿O acaso no se había enterado
de que en política todo vale? ¿Qué no existe la amistad, ni la lealtad?
Pues
parece que no. Los negocios son los negocios…..
Hay
otras traiciones: y de muestra ahí está el futbolista del Barcelona, Piqué,
(integrante del equipo nacional) al que le dio un tirón en el dedo corazón
justo cuando sonaba el himno de España. Traición de ida y vuelta…. (foto que
aparece en La Vanguardia)
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