jueves, 22 de febrero de 2018

Cortarse el pelo


Cuando cambian las circunstancias y los tiempos, cuando quieres sorprender o mejor esconderte, pues ya sabemos el clásico es eso: cortar el pelo. Te arreglas los pelos de la cara o del cogote y oye que pareces otro. Y ya si te quitas el flequillo “cortado al hacha”, la camiseta y te duchas un poco… monísima y superpija… tú.

Así que toda la patulea con los que estamos “disfrutando” por estos lares han decidido darse un nuevo aire, un nuevo ritmo a sus vidas….. y lo primero ha sido aliviar las melenas y los bigotes.


Y ahí tenemos a un tal Álvaro Pérez, de la trama Gurtel valenciana, que ha aparecido barbilampiño… cuando todo el mundo le llamaba “el bigotes”… total que ha decidido cambiar…. pero sólo de pelos porque repartir estaca…. en eso no cambia.

La tal Gabriel, ante la amenaza de cárcel, se ha hecho un puigdemond y se ha pirado a Suiza. Eso sí antes se ha arreglado el pelo (¡qué falta le hacía!), se ha quitado la camiseta y ya en plan “que guapa soy, que tipo tengo” anda por aquel país hablando francés por los codos…. que estos indepes hablan de todo menos español…. ¡qué pesados!

 

     Los “el antes y el después”…… ¡No hay nada como un buen corte de pelos! (El Bigotes se los quitó- eso sí este en la cárcel- para “encender el ventilador gurteliano” y la cupista se fue a Suiza para hablar francés y convertirse en pija, que es lo que en realidad siempre fue).

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