El
concepto dialogo, que significa conversación entre dos o más personas que
pretenden exponer sus ideas unos a otros, y con un fin que no es otro que el de
convencer de sus propias intenciones y conseguir un acuerdo, y donde el que
logra convencer al otro habrá conseguido su objetivo.
En
política y muchas veces en la vida, el ofrecimiento de diálogo no es otra cosa
que una monumental trampa para engañar al otro, para conseguir lo que se
pretende utilizando palabras y actitudes buenistas, sin considerar las leyes y
por supuesto sin tener nada que ver con el llamado método socrático descrito
por Cicerón. Y a veces lo que se trata es de hacer creer al pobre ciudadano que
se trata de llegar a un acuerdo entre varios que será beneficioso para “todos”.
Muchos
consideran que el diálogo es la solución para vivir sin sobresaltos, muchos
quieren vivir tranquilos, muchos piensan eso de “...a mí que me importa...”, y
así admiten ese llamado diálogo sin prestar atención al contenido....
Pero
sucede que todo nos atañe, que todo lo que está pasando nos repercutirá en
nuestra vida diaria, que no debemos “pasar” de todo, que debemos alzar la voz
ante las injusticias históricas que tratan de imponernos, que hay diálogos
inmorales, que no es justo dialogar en muchos casos, que debemos tener algo que
decir.
Es
ó no es una democracia esto en lo que vivimos?
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