Salgo
de casa y veo al gato de siempre, pardo aunque es de día, y cerca del agua,
pese a que no le gusta nada. Intenta disimular que existe, se hace redondo y
más parece un balón de pelo, un adorno del muro sobre el que se apoya, disimula
que existe, sí, disimula, quiere que nadie le vea, que nadie le llame, que nada
le asuste.... y continúa su vida así escondido subido en lo alto de ese muro
blanco, haciéndose pasar por algo que no es... quizás...
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