De
las 326 páginas que este catálogo tiene por lo menos doscientas las he leído,
(en serio) al llegar a la página 168 he comenzado a sentirme incómoda en los
sofás de mi salón. Los he mirado y remirado y he pensado “… chicos lo siento
pero ya estáis un poco viejos y anticuados creo que voy a jubilaros, hay que
rejuvenecer la plantilla….digo el salón”
Así
es que catálogo en mano, he bajado al garaje, he subido a mi coche y me he
dispuesto a llegar a la referida gran tienda de muebles (……y de todo), tras
equivocarme en la salida de la carretera de Burgos o Colmenar? He conseguido
llegar y aparcar.
Con
aire triunfal, me he metido en la tienda. Subo las escaleras que hay a la
derecha, cojo un par de lapiceros, bueno dos más, y una cinta métrica y….
(ahora que lo pienso ¡si no he medido el espacio de los sofás!…. bueno ,más o
menos, no creo que me equivoque mucho...).
He
comenzado a mirar sofá tras sofá. Tienen nombres impronunciables pero lo
gracioso es que la gente, mucha, que estaba comprando sabía de qué hablaba: (….
“oiga el Karlstad de tres plazas ¿dónde está?” preguntan a los empleados de
aquel inmenso espacio)
Al
fin me decido por un modelo en tono beige desenfundable (ya veremos si es tan
fácil quitar la funda como dicen…) saco la cinta métrica y…. bueno yo creo que
sí que me cabrán en el espacio adecuado…no sé, si si si!.
Me
dirijo a las cajas para comunicar mi intención de adquirir el sofá llamado no sé
qué… y el de tres plazas, “¿se lo llevará usted misma?” Me dice la señorita
cajera… pues más bien no… bueno diríjase a….. la cosa se complica
Lo
cierto es que no han cambiado mucho, los sofás digo… (los míos tienen once
años….) hombre…no tienen arrugas, están más derechitos y los colores….pues no
sé me siguen gustando los tonos tierra, qué quieres que te diga, empiezo a
echarme para atrás en esto de reemplazar mis “viejos” sofás.
Total
al final he comprado unas fundas ideales para las sillas, modelo sbjorn, seis
vasos súperbaratos y una lámpara que no necesitaba para nada, pero he vuelto encantada
con mis viejos sofás!!!
eso me suele pasar a mí también en ikea, vuelvo convencida de que no necesitaba lo que había salido a buscar, y con tres o cuatro fruslerías que ¡mira tú por dónde! me venían divinamente.¡y yo sin saberlo!. Un saludo!
ResponderEliminarLo peor de IKEA es que todo es bonito y está tan bien puesto, que al final ibas a buscar una cosa en concreto y sales con 10 más que no necesitas para nada: cacharros de cocina, plantitas, velas, marcos de fotos, cajas, cestitas ideales, etc.... según vas pasando vas llenando la bolsa y tu marido va poniendo cara de horror y cuando llegas a la caja a pagar, de los 100 euros originales te has ido a los 200. Menos mal que está lejos y sólo se va de vez en cuando!!!
Eliminar