lunes, 2 de noviembre de 2015

1 de noviembre... a vueltas con el Jalogüin

Tengo la inmensa fortuna de haber nacido en el seno de mi familia. Mi padre decía que debíamos ser como una antorcha que ilumine a los demás… pero sin deslumbrar, con alegría y sin imponer.

La fiesta de Todos los Santos me hace siempre recordar aquellas palabras. Los Santos, claro, nos enseñan con su vida cómo dar luz. Así que cuando veo la ridiculez hortera de la gente de toda edad vestidos de esqueletos, monstruos, asesinados o asesinos…. de muerte en fin, andando como zombis por las calles de mi ciudad lo encuentro ¡tan ridículo!.

Al mismo tiempo lamento que, de vez en cuando, alguien me diga que no va a los cementerios… que ¿para qué? “Yo no vuelvo con nada”, me decía el otro día alguien. A ver, le dije, si es que no vamos a que nos den… vamos a dar. A dar tributo, recuerdo, a rendir honor a todos nuestros antepasados, a dar, en fin, nuestro testimonio de Fe y de Esperanza. Y debemos ir con alegría, contando cada una de las palabras que nos dejaron escritas en nuestro corazón. Porque tal testimonio es vivo, no está muerto.

En fin, menuda diferencia con esa ridiculez del jalogüin, que es todo negro, tenebroso…. para dar miedo. Vaya estulticia. A mí que no me repitan lo de la tradición celta…. que me da la risa.

P.D. 2015 ha sido proclamado por las Naciones Unidas como “Año Internacional de la Luz y de las Tecnologías basadas en la luz”. Vale, pues la fiesta de Todos Los Santos tiene todo que ver con la Luz…. Cristo Luz del mundo… los cristianos deben ser la luz de la tierra.

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