Antes
de que se pase la ola esta del niño de la podemita Bescansa….. y antes de que
tal política pueda ser nombrada ministra de la Infancia (que ya lo veo venir),
no estaría de más que, aparte de lo graciosillo del asunto, tuviéramos claro lo
que es un tema fundamental en la vida de la familia (y me niego a decir mujer
trabajadora, porque hoy y ahora, sobra): la conciliación.
Conciliar
no es que una señora se lleve al Congreso al pobre bebé, a pasar unas horas
pasando de brazo en brazo (por cierto… y su papá qué ¿trabajando?). Conciliar
es algo bastante más serio. Es un asunto que atañe a la sociedad en su
conjunto.
Se
trata de tener horarios razonables. Se trata de dar la posibilidad al
trabajador de atender a sus obligaciones familiares. Y no hablamos sólo de
bebés. Hablamos también de todas aquellas personas dependientes: ancianos,
discapacitados, etc.
Se
trata de leyes que obliguen, empezando por la propia Administración del Estado,
a que los trabajadores tengan un equilibrio entre su vida profesional y su vida
laboral.
Y
tenemos que hablar de trabajadores, hombres y mujeres. Porque generalmente
cuando leemos sobre el tema, el foco de atención se coloca sobre la mujer con
frases tales como: ”que la mujer pueda seguir trabajando sin renunciar a ver a
sus hijos o mayores dependientes como consecuencia de las jornadas laborales
irracionales….”
Y
mientras, España (según Eurostat) es el cuarto país peor en el tema de la
conciliación. Claro que, no hacía falta que nos lo dijeran…. ya lo vemos.
Ahora
eso sí, el pobre infante bescansino ha conseguido que todo el mundo hable, de
una u otra manera, de la conciliación. Atención a estos populistas que nos van
a tener una buena temporada entretenidos con sus perfomances.
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