lunes, 15 de febrero de 2016

Una cajita roja... de experiencias


Está bien, lo confieso… yo he participado varias veces en regalos conjuntos de cajas de experiencias.

Sí, hombre, esas cajitas, de color rojo, que prometen un spa para dos o una noche romántica con cena,…. Y el caso es que hasta me parecía un buen regalo.

Al fin y al cabo ¿a quién no le gusta salir por ahí de vez en cuando y con la ventaja de poder elegir tú mismo la fecha?.

Todo eso hasta que hemos sido agraciados con una de ellas, concretamente la de “noche rural con cena”.


¡Madre mía! con el lío que tenemos nosotros… y ahora, ¿cuándo nos vamos?... que no es tan fácil la logística de las familias numerosas…

Casi mejor lo dejamos para la primavera, que hace buen tiempo… o para después del verano, ¿cómo tenemos octubre?… Y así durante 2 años enteros, con una mudanza de por medio, que ya pensábamos que habíamos perdido la cajita famosa. Pero no, ahí estaba metida en un cajón esperando que nos decidiésemos.  

“¡Cariño, que la caja caduca en un mes… y hay que hacer algo!. ¿Qué te parece si pregunto en mi despacho por si alguien la quiere? ¿podemos re-venderla?... o regalársela a Pily, que es su santo”

Me vais a llamar antipática, pero a mí, eso de que me organicen dónde tengo que ir de vacaciones y cuándo... no lo soporto… Ya iré yo dónde quiera y cuándo quiera… ¿Tan mal se me ve como para que piensen que necesito irme un fin de semana rural con cena?

Total, teléfono en mano y conseguida la conciliación familiar, que siempre pasa porque los abuelos se queden con las criaturas unos días (¡benditos abuelos!), nos ponemos a revisar el librito que adjunta la caja con las posibilidades de hoteles donde alojarse. 

Pero claro, para una sola noche, no nos vamos a hacer 400 km., así que nos decidimos por un radio de unos 100 km alrededor de Madrid. El círculo se estrecha y las posibilidades disminuyen….

Las fotos de los hoteles no están mal, pero cuando te metes en su página web… digamos que no son los que hubiésemos elegido de primeras… ahora, eso sí, rurales son muy rurales, no te voy a engañar…

Me pongo a llamar y me encuentro con que el hotel cierra desde noviembre hasta abril (vaya, pues estamos en febrero); que en estas fechas no se admiten las cajas (y entonces… ¿cuándo?)… ni en los alrededores de Cuenca, ni de Ávila, ni tan siquiera en Guadalajara… Estos regalos están envenenados… porque ni tienes la disponibilidad que crees ni las posibilidades de elegir…

Probemos con la provincia de Toledo:

YO – “Buenas tardes, quería reservar una habitación con entrada el sábado y salida el domingo”

Hotel rural – “Lo lamento, pero estamos llenos”

[Para mi]- ¿Llenos? ¡Venga ya! Que es febrero y es un pueblo de Toledo… ¿de verdad?... ¡Pues hija!, vaya negocio este de los hoteles rurales….

YO-  “¿Llenos en febrero? O vaya…”

HR – “Es que es fin de semana de carnaval y el próximo es San Valentín. ¿Vienen con caja, verdad?”

YO -  ¿Eh? Sí, sí… con noche rural con cena…

HR - ¿Y se caduca ahora?

[Para mi] Pues claro!

YO – “Sí, el 1 de marzo…”

HR – “Claro, es que ahora están llamando todos los de las cajas que se caducan ahora… Pues a ver si tiene suerte… porque en estas fechas…”

YO- “Bueno, … pues nada. Gracias!”

¿Estamos locos?... en febrero… ¿llenos? ¿pero qué locura es esta?... Ya me imaginaba cientos de parejas con la caja, desesperados de acá para allá… intentando ir dónde sea… porque se caduca…

Después de tres intentos más, milagrosamente conseguimos una reserva gracias a una cancelación en un pueblo a unos 125 Km de Madrid….

Nos fuimos tan contentos a conocer La Mancha.

A ver… No me mal-interpretéis. Que pasarlo bien, nos lo pasamos fenomenal…. Que tontos, tampoco somos… y si hay que salir, se sale!... Pero, vamos que si tengo que irme un fin de semana con mi maridín con noche y cena… déjenme elegir a mí la fecha y el lugar… ¡que conozco unos Paradores…..!

 

 

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