miércoles, 27 de abril de 2016

Leo en un diario...


Leo en un diario, una vez más, las dudas de muchas mujeres sobre el momento para su maternidad. De nuevo se plantea la angustia por acercarse a los cuarenta sin ser madres. De nuevo las mujeres se declaran y se proclaman a sí mismas mártires por la causa. De nuevo sigo sin ver la angustia de los hombres por esa misma cuestión…. sus cuarenta no serán fisiológicamente iguales, pero sí son igualmente responsables.

Y pienso que lo de ser padres es cosa de dos (allá cada quien piense que no) y por tanto esa decisión debe ser compartida con todas las consecuencias.


Y digo compartida con toda la sociedad, con todos los grupos sociales. No sólo hablo de que el hombre debe compartir todo lo que se entiende (o se entendía… ¡espero!) como “típico trabajo de mujer”… o sea cuidar la casa, cuidar los niños, ser responsable de la limpieza, la alimentación… y luego, cuando “el hombre” llega a casa recibirle “alborozados” para que el “valiente guerrero” descanse….

Compartir es entender –sin mucho esfuerzo- que si ¡no hay leche! es porque ninguno de los responsables (hombre y mujer) se han preocupado por ello; si los niños se han puesto malos, alguno de los responsables (hombre o mujer) tienen que quedarse en casa… de la misma manera que tanto uno como otra trabajan en lo que les gusta o en lo que pueden (¡qué menudo está el patio!)

Compartir es no tener que volver a repetir y subrayar la igualdad de hombre y mujer dentro y fuera de la casa (“del hogar”).

Leo de nuevo en un diario, la pesadez de definir que es conciliar. Qué pesadez tener que repetir que conciliar es responsabilidad de todos. Que no es ni más ni menos que organizar los trabajos de todos con los horarios de todos. Se trata de vivir la VIDA con mayúsculas. Que no es una lucha femenina… ni feminista.

Conciliar es… la voluntad de conciliar. La responsabilidad es tanto de quien organiza nuestros horarios laborales (la clase política), como de quien dirige nuestro horario familiar (nosotros mismos).

Los amagos de conciliación se han transformado en ningún apoyo a la maternidad, en la total ausencia de políticas económicas y laborales que ayuden a las mujeres, en hacer, en fin,  “culpables” a las mujeres que –valientemente- han decidido tener a sus hijos por encima de todo.

¡Ah... y gracias a ellas, gracias!

 

1 comentario:

  1. Digamos lo que digamos...al final somos las mujeres las que tenemos que componérnoslas para poder hacer eso que dicen (que yo no veo por ningún lado) que es conciliar....

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