jueves, 7 de julio de 2016

Ay... esas suegras!


Hay un tenista, de cierto renombre, que se ha separado de una guapa oficial. La guapa ya ha dicho que no habrá reconciliación. ¡Normal, después de todo lo que se han dicho!

Pero, lo más interesante ha sido ver a las suegras respectivas como defendían a sus cachorros.


La de la guapa tiró por el desprecio: “...yo siempre le dije que era una mala idea casarse con él…” Mientras que la del tenista famoso, por lo tradicional: “espero que no salga de la casa de mi hijo sin antes dejarlo todo limpio”.

Ojo al dato: para la suegra suegra (o sea la madre de él) la guapa era un poco… ¿cómo decirlo? ¿descuidada?... pues eso ¡qué menuda diferencia como le tenía su madre la casa de limpia y la ropa… ¡vamos… ya te digo!.

Sin embargo la suegra… la madre de ella,… ¡Ay… lo importante era el amor… algo que ella no veía muy claro!

Vamos…..¡de manual!.

(Pocos personajes han sido tan vapuleados como las suegras. Miles de chistes, muchos de ellos de auténtico mal gusto. Pero, si nos fijamos, la suegra de él se lleva el papel protagonista. O sea la “mala” suele ser la madre de la hija… vamos que la relación nuera-suegra está llena de complejos, falta de complicidad, rivalidad… ¿celos?... puff… Pero ¡tranquilidad!, no siempre pasa, sólo ocurre cuando se trata de mujeres que tienen una dependencia emocional con su hijo)

1 comentario:

  1. ...O eso dicen...porque yo creo que todas las suegras son iguales.....¡inaguantables!...

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