Leo
hoy en Abc que ya en 1927 un tal Ivanovich, un científico ruso, intentó llevar
a cabo un experimento que consistiría en “crear” un hibrido entre humano y
mono. Se lo habría encargado (¡cómo no!) un “tal” Stalin. La idea era formar un
ejército con “las cualidades” de hombre y simio.
Ya
en 2009, un científico/escritor de USA (Ray Kurzweil) se fue por la cosa de la
“inteligencia artificial” y nos aseguró que en 20 años seríamos capaces de
sustituir nuestros órganos vitales por otros artificiales…. O sea que tendremos
órganos vitales “reprogramables” circulando por el interior de nuestros
cuerpos… más o menos.
En
un programa de la televisión española, el otro día, un científico volvía otra
vez con el tema….. aunque alargaba el suceso para dentro de 30 años… aproximadamente.
(Se lo comento a mi vecina Loli…. “¡quita, quita, -me dice- inmortal ¡lo que me
faltaba!”)
Y
no olvidemos el best seller de Noah Harari, Homo Deus, y su frasecita: “lo que
nos hizo sapiens nos hará dioses”.
Claro
que para Eduardo Punset lo que da sentido a la vida y lo que permite
disfrutarla es su carácter efímero…..
Para
Ramón y Cajal, uno de los mayores talentos de nuestra generación, había que
partir de dos postulados: la existencia de Dios y la inmortalidad del alma.
Pues
¡venga, añadimos algo del Concilio Vaticano II!: «El afirmar la espiritualidad
e inmortalidad del alma no es un espejismo ilusorio, sino una profunda
realidad».
¿Sabes?....
pues me quedo con esta realidad.
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