Sí,
camina cada día, ayudada por ese carrito rodante que llaman andador, en una suerte
de regreso al principio, a la infancia, a la suya quizás…….
A
su lado, cerca, pero no demasiado, una cuidadora que hace las veces de
vigilante, supliendo a veces ese escaso cariño que la rodea. Apenas si se
dirige a ella con palabras, solo son gestos de precaución y cierto cansancio
reflejado en los zapatos que arrastra.
Y
¿qué imágenes pasarán por su memoria? ¿qué deseos residirán aun en su corazón?……
a veces tan solo repite ¿qué hora es ya?
La
cuidadora consulta la hora y piensa “ya, ya ha pasado la hora”…. Y regresa a
casa.
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