miércoles, 13 de junio de 2018

Palabra de Salvini


Salvini (Liga Norte. Ministro italiano de Interior) que dijo eso de “Se acabó la buena vida para los inmigrantes” ya cumplió lo prometido. Sus advertencias cumplidas contra el “éxodo” de subsaharianos está empezando a conseguir el objetivo que buscaba y no es malo. Así: primero ha señalado a la Unión Europea que el asunto debe ser abordado, con toda urgencia, por Bruselas. Los “campos de refugiados” no pueden quedar en manos de Italia, Grecia o España, que son los que soportan la avalancha de barcos saturados de personas, probablemente desesperadas, probablemente necesitadas de ayuda… probablemente. Pero para ellos y para Europa tiene que buscarse una solución mejor. Una solución que no queda muy lejos de las manos de la Cooperación Internacional. Es decir: la ayuda europea debe situarse en sus países de origen. Con seguridad, ello sería lo mejor para todos.

Además habría de diferenciarse con claridad refugiados de inmigrantes. No se puede repartir alegremente estatutos de refugiado, algo que pretende alguna organización no gubernamental.

Y así, y por otra parte, el ministro italiano ha rechazado, por activa y por pasiva, la forma de actuar de las ONG que operan en el Mediterráneo, entre otras cosas porque actúan favoreciendo a las mafias dedicadas a “exportar” a los emigrantes irregulares (insisto: que no refugiados). Mafias con estilo decididamente delictivo.

Pues bien, los últimos episodios (como el “Aquarius” rechazado por Italia y que recogerá España)  parecen que han abierto un concurso de ¡a ver quién es más solidario! Y, ante la postura italiana, andan los ayuntamientos españoles ofreciéndose. No es esa la solución. Veremos que ocurre en la cumbre sobre refugiados que se celebrará en Bruselas a finales de junio. En esa cita parece que se aprobará la reforma del sistema comunitario de asilo y la protección de las fronteras exteriores.


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