Parada
en la esquina de la calle junto al parque urbano, contemplo las imágenes de las
sombras, es el mismo árbol pero la sombra, a cada momento por culpa del viento,
cambia y parece otro árbol, otra sombra, sombra que podría amedrentar, asustar,
atemorizar.....
Y
recuerdo aquellas, lejanas ya, siestas infantiles cuando jugábamos a las
sombras y nos imaginábamos seres inexistentes, historias inventadas y el miedo,
ese miedo que se confundía, confundíamos, con frio......... Y veo que la sombra
es mucho mayor que el propio árbol.................
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