viernes, 3 de enero de 2014

Fin de Año

Parecía que no se iba a acabar nunca eh? Pues no, se acabó, ya está aquí el 31 de Diciembre.

Acabada la cena, con los niños dando tumbos en plan zombi por aquello del trasnoche, nos disponemos en torno al televisor, a ver caer la bola de la Puerta del Sol; el cotillón preparado; (por cierto cotillón en su acepción léxica de conjunto de objetos y adornos que se utilizan para divertirse en las fiestas de fin de año y reyes, y no un enorme cotilla, que también podría ser….) Ah! Y las doce uvas, contamos una y mil veces si realmente están las doce, no sea que total por una tontería nos quedemos…… Y bueno, lo cierto es que recordamos, aún sin querer, a aquellos que no están ya.

Y se acaba la fiesta………………


Me asomo al ventanal del salón, se oye un ruido repetido una y mil veces, son las 2 y media de la madrugada, un hombre solo camina arriba y abajo de la calle con pasos lentos, golpea una especie de entre tambor y pandereta (un pandero?) serio sin cantar ni nada, solo golpea el instrumento con cierto ritmo, uno de mis nietos me pregunta “… ese señor se divierte abuela?” …. “Pues no se…igual sí”

Cuelgo el calendario 2014, con todos sus días sin tachar, con los propósitos decididos, con las nuevas esperanzas, con los deseos, con todos esos ojala! que albergan nuestros corazones.

 

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