Ser
groseros no es solamente contestar mal, o decir palabras feas. Es también no
contestar cuando una persona mayor (o menor... es igual) se dirige a vosotros,
no mirar a los ojos cuando hablas al otro, no responder a sus preguntas. Poner
malas caras o intentar esconderse detrás de los padres. No pedir las cosas por
favor, no dar las gracias, no sonreír.
Por
la mañana nos habíamos cruzado con un vecino que iba acompañado de sus hijos,
una niña y un niño de 6 y 8 años, a los que (¡naturalmente!) saludamos y les
preguntamos sus nombres..... los niños se “parapetaban” tras su padre cada vez
que les mirábamos, mientras su madre “contestaba” por ellos...... “es que son
muy tímidos”… se excusaba el padre... El niño tiraba de la mano de su padre
para convencerle de “salir” de allí cuanto antes, y la niña ni nos miraba, se
revolvía y retorcía su brazo para no coincidir con nuestras miradas.....
Así
que, después de aquello, decidí recordar a nuestros niños que: hay que mirar a
los ojos cuando alguien se dirige a nosotros; hay que contestar con simpatía.
Las
personas mayores se preocupan por vosotros, os preguntan vuestros nombres, en
el ascensor, en la puerta del Colegio, en casa de la abuela, donde quiera que
sea.
Cuando
sois educados, sois mucho más guapos y además vuestros padres (y vosotros
mismos) se sienten contentos y orgullosos.
Debéis
dar los buenos días, o tardes, saludar, sonreír, ceder el paso a los mayores,
abridles la puerta. Pedid las cosas por favor. Dad las gracias. Pedid perdón y
perdonar.
Cuando
algún amigo llega a casa hay que saludar y contestar a las preguntas que os
hagan ¡aunque os lo hayan preguntado mil veces!.
Cuando
no lo sois...cuando no lo hacéis...no sois tímidos, sois -simplemente- unos mal
educados.....
Nota:
alguna pista ya la dio el Papa con ocasión de la Misa de las Familias:
“....para vivir la paz y la alegría en familia, las palabras clave son: ¿me
permites?, gracias y perdona”...¡te parece poco!.
Creo que es absolutamente acertado lo que escribe: hay que enseñar a los niños desde su más tierna infancia que han de ser agradables y sobre todo hay que recordar a los padres que no hay excusas para ello.
ResponderEliminar