Para
unos es algo que se ciñe a unos parámetros fijos; para otros algo simplemente
bello y que nos hace sentirnos bien; algo que quisiéramos tener en casa para
contemplarlo cada día…
Hay
quien habló de frustraciones asegurando que el arte es justamente la forma de
expresarlo.
Uno
de los contertulios, responsable de una galería de arte, lo tenía mucho más
claro: pues mirad, decía, el otro día iba yo por la calle con una especie de
muelle entre mis manos. Lo pasaba de una a otra y así durante todo el camino.
Hasta que llegué a la Galería. Entonces coloqué el muelle sobre un soporte (el
suyo) y allí lo dejé…. ¡en ese mismo momento aquel objeto se convirtió en
arte!.
A
mi aquello me pareció ¿poético?. Aunque luego pensándolo bien, tenía su gracia.
Siguiendo
con el desarrollo de lo que cada uno considera arte sacamos a la palestra el
asunto de los grafitis, las pintadas, las frases estúpidas copiadas todas del
“mayo francés del 68” etc. un movimiento, el del grafiti, que se empezó a
imponer a principio de los 90.
Unos
días atrás habían inaugurado una exposición de estas cosas que, con absoluta
desfachatez llaman “arte urbano”, en la llamada “Neomudejar” de Atocha…. A mí
me parece una tremenda falta de “decoro” admitir semejantes cosas como arte.
Pero
ahí está. Existe una leyenda (de las llamadas “urbanas”) según la cual si no
quieres que te destrocen con pintadas tu comercio, mejor que encargues a uno de
esos “artistas” que te decoren ellos el cierre metálico, vamos que te
plasmen –previo pago- una de sus “obras
de arte”… porque si no es así es bastante probable que te la encuentres llena
de pintadas y grafitis insoportables a
la mañana siguiente.
Hay
algunos murales “trampantojos” colocados en paredes medianeras del centro de
Madrid que son muy bonitos y, por cierto, muchos de ellos ensuciados por los
grafiteros. Sus autores son auténticos y reconocidos artistas (como Alberto
Corazón o Alberto Pirongelli). De eso no hablo. Hablo de los que destrozan y
afean con sus pintadas y astracanadas los bancos de los parques, las paredes de
las carreteras, los edificios recién restaurados, los vagones del metro, de eso
hablo.
Y
lo peor, hay quien es famoso con ello y hasta entrevistas les han hecho en
algún que otro periódico, admitiendo así que a eso se le pueda llamar
arte….urbano, callejero (street art) sí, pero arte. Decía el entrevistado que
se integraba en lugares públicos para transgredir las normas y sorprender con
mensajes subversivos de crítica a la sociedad. O sea que quieren que
reflexionemos. Pues yo ya lo he hecho: me parece que lo que están haciendo es
destrozar los espacios de los que se apropian, espacios que son, a menudo,
privados y siempre de todos. Y eso no es arte.
Trampantojos en el Madrid de los Austrias de Alberto Pignorelli y Alberto Corazón.
hoy mismo he estado paseando por el barrio que describes, Madrid de los Austrias que belleza de edificios, y si es lastimoso lo de los grafitis, a mi tampoco me parece arte
ResponderEliminarLa Plaza de la Paja, La Plaza de los Carros, Puerta Cerrada, la Carrera de San Francisco.... ¡tenemos que ir!.....
ResponderEliminarY digo yo ¿Por qué estos grafiteros no van a pintar a Las Cortes, a la calle Serrano, a la Zarzuela o a la Moncloa?....¡venga valientes...!
ResponderEliminarNo si no les hace falta, si ya se ha encargado el Ayuntamiento de Madrid en darles la oportunidad de "decorar" la Plaza Mayor......
EliminarPues esto del arte urbano.... ahora está de moda en el barrio de Malasaña, creo.... y también se dedica a ello una hija de Carmen Bordiú....la francesa...
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