Lo
que se repite sin cesar como zona de confort (sal de la zona de confort… salgo
de mi zona de confort… ¿Por qué no sales de tu zona de confort?) es algo mucho
más ¿sutil?
Pues
sí, la cosa se concreta en que, a veces, te niegas a tomar iniciativas; te
niegas a dejar tus costumbres inveteradas, esas de tu más íntima existencia; no
te apetece nada enfrentarte a objetivos desconocidos. Y, en fin, todo ello te
parece innecesario, demasiado esfuerzo quizá para nada. Si yo estoy a gusto en
este lugar mental en el que me he asentado, ¿para qué voy a moverme, para qué
voy a buscarme problemas?
Sin
embargo, nos dicen, es necesario buscar nuevos horizontes. El éxito (el que
sea) acarrea momentos incómodos hasta llegar a él. Eso sí… si vas a salir de la
zona de confort para nada, para resultado cero, mejor no.
Y
digo yo, ¡vale, salgo de mi zona de confort!, busco objetivos nuevos, logro
éxitos y tal y cual….. pero al cabo de un tiempo pues vuelvo a estar en una
zona de confort. Vamos que lo que hay que hacer es no parar de buscar nuevas
aventuras…. ¡ay estos del coaching….qué pesaditos se ponen con lo de la
autoayuda!
Pues sí, hoy me he salido -un momentico solo- de mi zona de confort....¡que frío hacía!...vamos que lo único que he hecho es comprarme unos pantalones ¡anchos! (sí hija sí, se vuelven a llevar) y volverme a mi zona ......¡hombre....ya te digo!.
ResponderEliminar