Haciendo
caso omiso a todos aquellos que actualmente declaran, en plan Hamlet,
quedándose tan anchos, que el mal es relativo, o sea que la maldad la
consideran una categoría social relativa, he vuelto la mirada hacia Kant, que
de esto sabía mucho…., y me he apoyado en el concepto moral/ético del imperativo
categórico, que viene a decir con sus formulaciones que hay actos malos en sí
mismos y que no busquemos justificaciones, ni ideológicas ni religiosas, pues
no existen tales justificaciones, que lo que existe es el mal. También Julián
Marías opinaba de esta forma advirtiendo de que lo mejor que se puede hacer con
la maldad y con quien de ella está imbuido, es alejarnos.
Y
sí, esta vez parece que la comunidad mediática se ha puesto de acuerdo en catalogar
al asesino y a su acción como mala, aunque ya veremos si no acaban dando
explicaciones peregrinas como la que ha dado la muchachada de la coletilla culpabilizando
al “maldito capitalismo” (¿?) y el “algo habrán hecho” al que son tan
aficionados.
Pero
qué hacemos con los asesinos de cristianos que provocan menos reacción y menos
asombro que el asesino del avión? Debe la comunidad internacional tomar medidas
urgentes y sin resquicios contra los yihadistas asesinos? yo creo que sí, que
las estrictas medidas, violencia incluida, están totalmente justificadas, y hay
que llevarlo a acabo ya con absoluta urgencia, y no prestar oídos a quienes
reducen el mal a lo de categoría social o al “depende”.
Porque
¿sabes? mañana puedes ser tú…………
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