miércoles, 2 de marzo de 2016

A propósito de los 35 años de Arco


Hace tiempo (35 años cumple) llegué a la conclusión de que la feria de Arte Contemporáneo (ARCO) era un escenario multicolor en el que cabía de todo. 

Que nadie, despistado, vaya allí a buscar a un Goya, a un Velázquez,… ni siquiera impresionistas, ni realistas. No, allí se va a ver espectáculo puro y, diría, que duro. Y es caro, muy caro: entre 30 y 40 euros, según el día. Con lo que se cumple, se pongan como se pongan, lo ya sabido de que el arte… es para minorías… y su parafernalia para… el que quiera!.


Un año más esta feria (muy rentable para la capital de España) ha presentado propuestas sorprendentes. Si en otras ocasiones fue, por ejemplo, el vaso medio lleno de agua (literal), en esta ocasión se trató de una perfomance consistente en un hombre en calzoncillos, descalzo, andando hacia atrás, mientras otro le iba pegando láminas de oro en su cuerpo (la idea, al parecer, nace de la filosofía japonesa (Kintsugi)… si algo se rompe se recompone con oro, sin esconder las cicatrices…). La cosa duró cuatro horas… de título “Madrid Chapter” su autor es el peruano Iván Sikic… y el de los calzoncillos era un sirio, refugiado político en España… que ahora estudia Ingeniería… o sea, sí, se recompone con oro….

En cualquier caso la feria, dicen, este año, de nuevo, ha sido un éxito. Y el personal, entendido o no en eso del arte, se lo pasó pipa contemplando a los “celébritis” que se paseaban como si fueran “expertos” entre la muestra de colores explosivos... y los “viandantes mirones” han aprendido hasta los nombres de los coleccionistas!!!.

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