Hace
tiempo (35 años cumple) llegué a la conclusión de que la feria de Arte
Contemporáneo (ARCO) era un escenario multicolor en el que cabía de todo.
Que
nadie, despistado, vaya allí a buscar a un Goya, a un Velázquez,… ni siquiera
impresionistas, ni realistas. No, allí se va a ver espectáculo puro y, diría,
que duro. Y es caro, muy caro: entre 30 y 40 euros, según el día. Con lo que se
cumple, se pongan como se pongan, lo ya sabido de que el arte… es para
minorías… y su parafernalia para… el que quiera!.
Un
año más esta feria (muy rentable para la capital de España) ha presentado
propuestas sorprendentes. Si en otras ocasiones fue, por ejemplo, el vaso medio
lleno de agua (literal), en esta ocasión se trató de una perfomance consistente
en un hombre en calzoncillos, descalzo, andando hacia atrás, mientras otro le
iba pegando láminas de oro en su cuerpo (la idea, al parecer, nace de la
filosofía japonesa (Kintsugi)… si algo se rompe se recompone con oro, sin
esconder las cicatrices…). La cosa duró cuatro horas… de título “Madrid
Chapter” su autor es el peruano Iván Sikic… y el de los calzoncillos era un
sirio, refugiado político en España… que ahora estudia Ingeniería… o sea, sí,
se recompone con oro….
En
cualquier caso la feria, dicen, este año, de nuevo, ha sido un éxito. Y el
personal, entendido o no en eso del arte, se lo pasó pipa contemplando a los
“celébritis” que se paseaban como si fueran “expertos” entre la muestra de
colores explosivos... y los “viandantes mirones” han aprendido hasta los
nombres de los coleccionistas!!!.
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