Te
lo voy a contar… pero en secreto. El otro día caí en la trampa… como una boba
redomada……
A
veces se compra uno las cosas sin pensar. ….
El
caso es que me lo temía… ya me había dicho el niño que salía con una chica
ideal... un poco pija-progre, pero ideal. “Un día te la presento mami….”
Me
hacía gracia, pero yo pasé… pasé tanto que se me había olvidado… Y me fui de
compras. Buscaba una falda, o un jersey…. la verdad es que me daba igual. Se
trataba de esos días en que buscas algo ¡lo que sea!. Necesitas comprarte algo
que te alegre el día.
Y
de pronto ¡lo vi!.
Allí
estaba: era un pijama “súper-gracioso”, como dice siempre mi amiga Chelito. De
color azul clarito y, en la parte de arriba, un osito…. ¡más mono….!. Sonriente
y mofletudo. Me encantó. Costaba 56 euros… un poco caro, pero me dije ¡venga
cómpratelo que nunca te compras nada… que ya te toca (que dice el Corte
Inglés)…!
Lo
pagué con la visa… que así de pronto es como no pagar…Con la bolsa en bandolera
me fui tan contenta a casa.
Era
uno de esos días en los que seguro, seguro, nadie va a pasar por casa. De esos
días que respiras tan ricamente y decides que no vas a hacer nada de nada, sólo
tumbarte delante de la tele.
Y
lo haces… pero ese día ¡con ese pijama tan mono en la bolsa! ¡con ese osito tan
gracioso esperándote a que sea de noche!... te levantas y vas y: “¡me lo
pongo!”.
Con
las piernas dobladas y sentada encima del sofá de orejas y la tele puesta con
no sé qué programa impresentable… y un puñadito de almendras que dicen que es
sanísimo…. “¡Guau….viva mi casa!.”
De
pronto suena el timbre de la puerta. ¡No!, gritas, ¡no!. Despacito te pones de
puntillas para mirar por la mirilla (¿por qué están siempre tan altas?) ¡No, el
niño con la pija! ¡No!. ¡Yo, yo… entera yo… en pijama!
El
niño te oye: ¡abre mami!... Je, Je. Abres y la pija coloca sus ojos sobre tu
osito y ya no los aparta más……
Tu
disimulas como si siempre estuvieras en tu casa con el pijama puesto…. a las
ocho de la tarde… Los chicos charlan de no sé qué libro que es imprescindible
leer (¡buenooo encima intelectual!, piensas).
¡Pues
nada…. encantada… ahí os quedáis que yo tengo mucho que hacer!.
Recordatorio.
¡no comprar nunca un pijama con osito!.
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