La
espalda curvada por el peso de los años, el hombre se inclina una y mil veces
hacia la arena para a continuación depositar lo recogido con cuidado en la
pequeña bolsa que pende de su cintura semejante a una arruga más de su
cuerpo……………………..
Y
continúa mirando con atención, posiblemente en un intento de conservar o
recordar quizás ese deseo infantil de recoger conchas, ese milagro repetido
todos los veranos: encontrar la concha más bella, el color más intenso, el
brillo más especial…………. Ojala sea hoy y lo encuentre!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario