Parto de la base de la enorme importancia que
para el hombre tiene el trabajo, acción que sin lugar a dudas claramente le
distingue de los animales, y le hace llevar un destino definido en la tierra y
durante su existencia, pues bien reflexionando acerca de este modo de trabajar que
se ha dado en llamar teletrabajo, se podría haber llamado trabajo aislado o en
soledad… o en medio del caos de una casa….., me ha dado por recordar a los
ermitaños que libremente recurrían a la soledad con el ánimo de abandonar esta
tierra y buscar el recogimiento, la soledad y la meditación permanente…… he de
reconocer que me apasiona la meditación, que soy capaz de pasar horas meditando……………..
pero no soporto la soledad impuesta y considero parte fundamental del hombre la
relación con los otros y el obvio enriquecimiento mental que procede del
intercambio personal de ideas…. que a veces, por no decir siempre, es necesario
complementar con el contacto visual y físico para saber lo que nos quieren
decir… y que hace falta ser feliz, sentirse feliz y querido en el trabajo, cosa
difícil en la lejanía de la pantalla………
Vale sí, que dicen que teletrabajando trabajas
cuando quieres manejando el tiempo a tu antojo………… falso, al contrario
permaneces siempre atento por si te necesitan o requieren tus “servicios” y
además acabas trabajando a horas intempestivas….
Y acabo por hoy pensando que, como Aristóteles
constata, el hombre desde que nace necesita de otros, nace con la necesidad de
relacionarse con otros………..
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