lunes, 25 de mayo de 2020

Pensar, imaginar, soñar, escribir durante el pandemonio


Decía Mariano José de Larra, muy buenas pulgas no debía tener, que se escribe porque se lee y se lee porque se escribe……. Y todo para meterse con la ciudadanía de su época a la que acusaba de no leer… consecuencia, quizás decía, de que no se escribía suficiente….
No estoy de acuerdo, se escribe para ver representado el propio yo. Se escribe para soltar todo lo que, en un momento determinado, se piensa y, sin remedio, se “suelta” para no convertirlo en “tortura”. Se escribe para no perder los pensamientos, para sujetarlos, a veces por puro placer
Y tortura es pensar, en estos tiempos de pandemia, en palabrejas como gerontofobia y gerontofilia…. (de las que nadie quiere hablar...) o en cumplimiento de normas…. tales como hace un siglo se exigían: dos metros de distancia y tápese la boca y la nariz, nada nuevo…
Pandemia…. Pandemonio, la falta de libertad, la sensación de la pérdida de los días ¡de los meses!, todo demoníaco, ruido y confusión.
Tortura es, también, esos fantasmas del aislamiento. Fantasmas que te obligan a salir a la calle solo un poquito…. Así que leemos, oímos, miramos, rezamos y ¡claro! escribimos.



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