martes, 18 de junio de 2013

Los colegas

Bien veamos, existen varios tipos de colegas. Están los que han hecho el largo viaje contigo y además han sido expulsados de la misma forma, con ellos hasta te ríes, gastas bromas y te compadeces mutuamente. Entre ellos algunos aún tienen hijos estudiando o en situación laboral inestable; hijos que dependían de ellos, al menos en parte, para conseguir llegar a fin de mes tras la manida hipoteca. Estos se encuentran en la peor situación, desorientados, tristes, cabreados, deprimidos…de todo.

Y colegas que te quieren y que, sin duda, te echarán de menos…estos no son muchos (aunque valen por todos)

Por otro lado existen aquellos “colegas”, muy pocos, que han conseguido quedarse, los elegidos por la dirección y gerencia, utilizando para ello todo tipo de argucias, centrales sindicales, asociaciones de gerentes, amistad personal… “para haberlo sabido”. Cuando te encuentras con alguno de ellos evitan tu mirada o como mucho intercambian unas escasas palabras que pretenden ser amables, pero te suenan a traición, deslealtad… Te llaman y te ofrecen o más bien farfullan algo parecido a disculpas y…¡hasta quieren dar homenajes a los expulsados!... mira va a ser que no, mejor lo dejamos…

Y también está Alfredo, Alfredo es un médico excelente, trabajador, cumplidor, estudioso y amable con los pacientes. Alfredo no pensaba jubilarse tan pronto, pero apenas un mes tras cumplir 65, le mandaron la cartita y, como a todos, le colgaron así, de golpe, el cartelito de pensionista. Ha tardado más de veinte días en contárselo a su mujer. Salía por la mañana a la misma hora de siempre y volvía algo más tarde que habitualmente, y ¿qué hacía todas esas horas? Dar vueltas por Madrid sin rumbo fijo, agotado llegaba a casa y apenas si hablaba de algo. Ahora no encuentra su sitio en la casa. Su mujer continúa con su rutina: arregla la casa, se va a ver a sus nietos, charla con sus amigas en conversaciones telefónicas interminables… Alfredo sale a la calle se compra el periódico y no es que lo lea es que prácticamente se lo aprende.

Otro grupo de colegas que aún no han llegado a los sesenta y cinco pero andan cerca, te preguntan con insistencia que como va lo del juicio con interés, gran interés a ver si con un poco de suerte se resuelve de forma positiva… sobre todo para ellos.

Algunos más jóvenes, recién terminada la residencia o a punto de terminarla, parecen estar encantados, sin duda creen que esa será su solución… “Si estos se van nos contrataran a nosotros”…. Ahora bien en el caso de los especialistas, en mi especialidad, por ejemplo, no existe paro alguno, es decir nadie desde ese punto de vista posiblemente se va a beneficiar. “Hay que rejuvenecer las plantillas”… ¿Cómo? … ¿¿ Por?? ¿?... ¿A costa de la pérdida de experiencia?   ¿Quién se encargará de la docencia? ¿Quién transmitirá el conocimiento? ¿No decíamos no sé qué de no discriminar en nada? ¡Ah vale, que existe Internet!

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