lunes, 26 de septiembre de 2016

Cooperación Internacional, acogimiento y respeto


Cuando hablamos de cooperación internacional nos estamos refiriendo a una ayuda voluntaria que presta un país a una población de otro país con el objetivo de mejorar la salud, la educación, la vida en fin de ese país. Actualmente entran en juego (irremediablemente) cuestiones como intereses económicos y políticos.

Con la explosión del fenómeno refugiados se ha desbordado el concepto. Ahora se trata de acoger más que de ayudar in situ. Con ello se ha desvirtuado la idea inicial de cooperación.


El caso es que el estallido de conflictos bélicos, la hambruna, la búsqueda de una vida mejor… etc. ha provocado una “huida” masiva hacia lo que se llama primer mundo (se supone que ellos vienen del tercero). El asalto de fronteras provoca auténticos conflictos. La frontera española en las ciudades de Ceuta y Melilla son un claro ejemplo. Y todos no son refugiados en la definición que les da el Derecho Internacional.

Actualmente existe un conflicto generalizado que se está focalizando en los ataques islamistas. Ataques que son reales como estamos viendo tan a menudo y que transmiten un enorme temor en los países que acogen.

Entonces, desde este “primer mundo” ¿qué podemos hacer?... nos negamos a su acogida, les abrimos la puerta, insistimos en que la ayuda debe ser en su propio país….. 

Pues bien, una vez instalados (con enormes dificultades, es cierto) en este “primer mundo”, se les debe exigir respeto para los valores propios de los países que les acogen y adaptación a la forma de vida con la que se van a encontrar. Lo contrario no haría más que confirmar que la verdadera ayuda, la verdadera cooperación internacional, es llevar la ayuda allí de donde vienen, en sus propios países.

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