Es
pequeño de estatura, aunque por sus pasos decididos y seguros parece de más
edad de lo que sus medidas anuncian.
Lleva
a la espalda una enorme mochila de color azul con rayitas laterales en blanco;
colgando de la pieza que cierra la cremallera, hasta cuatro llaveros que,
seguro, brillan en la oscuridad. Planchado y con los zapatos limpios,
impecables.
Hoy
cambia de colegio, es el primer día de clase por eso, no es de extrañar, que
mantenga prietos los puños, y apretados los dientes, así muy fuerte y casi sin
darse cuenta.
Dentro
de él algo le dice que camina hacia el futuro
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