Pues
aquí lo tenemos otra vez. En pocos años lo del norteamericano “Jálogüin” se nos
ha colado a lo tonto.
La
cosa empezó con lo del “english for ever”: se contaba en la clase de inglés por
aquello de conocer “la cultura anglo” y ¡claro! para los niños era divertido.
¡Cómo no jugar a disfrazarse!.... pero ¡hombre, disfrazarse de muerto!.
Reconozcamos
que nos pilló por sorpresa. Reconozcamos que empezamos con entusiasmo a
“colaborar” comprando a los niños calabazas de chocolate y ahora ¡mira a donde
hemos llegado!: truco o trato… ¿pero eso qué rollo es?.
En
el sur de España, en Cádiz, su Obispado ha trazado una línea interesante: dejen
Halloween y celebren Holywins. Es decir, la “santidad vence” y abandone a los
absurdos monstruos y muertos vivientes. Si quiere disfraz ¡los hay de santos!.
Y recuerde, si es vd. católico, la esperanza en la resurrección.
Y
a ver si conseguimos que, ¡otra vez! no nos den calabazas en noviembre.
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