Cerca de mi casa, muy cerca, hay un Monasterio
de, aparente, escaso tamaño, habitado por monjas que viven en clausura.
Es un Monasterio silencioso, fuera de sus
paredes no es posible oír apenas el murmullo de su jardín interno, solo las
campanas suenan a las doce cada día recordando la aceptación de María, el
Ángelus…. Hoy, Domingo de Pascua, han roto el silencio unas lejanas y alegres
voces que recordaban “Resucitó Resucitó Aleluya Resucitó” y las campanas
comenzaron a sonar por unos segundos apenas….. lo justo para levantar el ánimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario