Las ocho de la tarde ya.
Abro la ventana, deslizo un cristal sobre otro
y me enfrento a un cielo que amenaza con oscurecerse totalmente.
Hago ademán de retirar las nubes con el deseo
ferviente de que lo pueda conseguir, incluso hago el gesto con mis manos, estas
manos mías que desean el contacto con otras manos que no están cerca….
Salgo y aplaudo soñando y casi sintiendo, que
entre mis manos están las otras manos…….
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