Con
las últimas informaciones sobre el bochorno de una tal Valérie no sé qué (es un
apellido difícil de pronunciar), que por lo visto es “primera dama” de Francia
me da la risa.
Parece
ser que la buena mujer está en estado de shock y se está pensando perdonar a su
“pareja”, que a la sazón es el mismísimo presidente de Francia, recluida en un
chateau.
Ese
señor tan importante ya había hecho algún que otro cesto, o sea que antes de
ahora ya había dejado por la deprimida a la madre de sus cuatro hijos. Ahora ha
encontrado a una “artista” que también es buena.... o parece estar.
Total
que se queda en el alero eso de “primera dama”. Porque, claro, si el señorito
anda de pendoneo con otra moza, pues ya la Valérie como que se ha quedado
apartada. Los parlamentarios creo que andan pensando si quitarle el título ese
de dama a la segunda y dárselo a la tercera o ¡qué cestos! quitar ya de una vez
el cargo.
Y
digo yo: ¿para qué existe ese cargo?... primera dama ¿de qué, de dónde?. ¿Acaso
estas señoritas han sido elegidas en algún Parlamento? ¿En serio hay que
costear guardaespaldas, secretarias, despachos y consejeros?.
El
señorito francés ha dicho que esto era “privé”, así que pues si es privé ¿a
cuento de qué le dan un título de primera señoritonga, a ver por qué?.
Hace
años, muchos, en el diccionario Alcaldesa quería decir: la señora del Alcalde.
Pero ahora ya no. Por la misma razón que las mujeres hemos exigido nuestro
reconocimiento total como personas.
Puede
que Valeria esté pensándose si le conviene olvidar o no. Pero a mí, al menos,
me da igual. A mí lo que me parece bochornoso e irrisorio es que porque una
artista se acueste con un presidente, se le nombre primera dama..... c’est leur
affaire!
Así se llama a la mujer del presidente de Estados Unidos y ese título no existe ni en Francia ni en España, simplemente es la mujer, la acompañante o la novia del presidente de la República, en Francia, o del Gobierno, en España. Pero el periodismo se empeña en cambiar los nombres de sitio sin importar si coincide el significado, así vamos con nuestra lengua...
ResponderEliminarLa cuestión no es si existe o no el carguito...la cuestión es que actúan y se paga como si fuera..
EliminarLo increíble es que todo el mundo hable de la "dama" y nadie se asombre del "carguito" ¡tiene narices!...
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